miércoles, 5 de julio de 2017

La Ingobernable: Un espacio liberado para el común.


Entrada Principal. Foto: Daniel Suárez Bernal (DSB)

Si hay que escribir sobre acontecimientos verdaderamente importantes en Madrid, Europa y el mundo, entonces se hace menester escribir sobre lo que ha acontecido, acontece y seguirá ocurriendo en este interesante espacio. Antes de entrar por primera vez ya me habían hablado del lugar con mucho orgullo, admiración y sentido de pertenencia, y la verdad es que haber conocido lo que allí se (auto)gesta rebasó cualquier expectativa que mi imaginario, acaso involuntariamente, haya podido dibujar, por muy grande que esta fuera. El nombre, sin duda muy apropiado, fue propuesto y decidido unánimemente en asamblea para identificar el edificio donde a diario ocurren todas esas cosas maravillosas, pero que quede muy claro que “La Ingobernable” es muchísimo más que mera infraestructura.
El anterior sábado 24 de junio se inauguró (in)oficialmente como Centro Social.  Allí “las puertas siempre están abiertas”, nos dijo Ismael, en la introducción previa al recorrido por las instalaciones como primera actividad inaugural. Posteriormente, todas las asistentes al recorrido y personas que hacen vida activa y forman parte de las diversas comisiones que hacen posible una digna organización de espacios y actividades en el centro, nos reunimos en mesa redonda, moderada por Alvaro, y conversamos sobre el pasado, presente y futuro de este nuevo espacio liberado para el común en el centro del municipio madrileño. Hubo participación de diversos representantes de colectivos y movimientos sociales, vecinas del barrio, antiguas trabajadoras y demás personas recurrentes del lugar cuando estuvo en funcionamiento antes de su abandono.

Su pasado. La memoria de un territorio a defender.
La historia del edificio oscila entre dignos usos para servicios sociales y patéticas anécdotas de burocracia, corrupción, injusticias laborales y cesiones públicas a dedo por amiguismo. Está ubicado en la Calle Gobernador, esquina con el Paseo del Prado, cerca de la Estación de Atocha, es considerado Patrimonio municipal y administrado oficialmente por el Ayuntamiento de Madrid. Desde su construcción ha tenido varios usos: un centro de Puericultura después de la guerra civil, un Centro de Promoción de la Salud, una Casa del Socorro hasta su desaparición donde se llegó a realizar labores de atención y asistencia a inmigrantes, y sede de la Universidad de Estudios a Distancia (UNED). Irene y Sergio, antiguas enfermeras de cuando el lugar fue Centro de Salud, dilucidaron para las presentes detalles muy interesantes: en febrero de 2014 se convocó, casi inesperadamente, a todas las trabajadoras del centro a una reunión donde se les informó que el sitio ya había sido cedido, por la entonces alcaldesa de Madrid Ana Botella, a la Fundación Emilio Ambasz para su demolición y posterior construcción del Museo de las Artes, la Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU), por lo que en los próximos meses se cesarían los servicios sanitarios y se procedería al desalojo total de las instalaciones. Para sorpresa de muchos el desalojo se realizó de un día para otro, alrededor de 15 días después del aviso. Pero esto no es lo más grave: la cesión por parte del ayuntamiento fue firmada por la ex-alcaldesa Botella pocos días antes de la finalización de su mandato, sin ningún tipo de concurso público, por un periodo de 75 años a coste cero (0), es decir, gratis, y la principal finalidad del Museo sería crear una exposición permanente de la obra del arquitecto Emilio Ambasz, amigo estrecho del expresidente de gobierno José María Aznar. Para defender este descarado suceso se empezó a generar una matriz de opinión por parte de los interesados en crear el museo donde se alegaba que era un edificio insalubre y se hacían esfuerzos para opacar las denuncias y las críticas, con razón, de las detractoras.

Su presente. Un Centro Social autogestionado para el común.
Para hablar del presente de La Ingobernable hay que hablar del presente de la ciudad de Madrid. La gran urbe no está excluida de las estrategias de quienes (des)planifican la ciudad que es de todas, para que los más adinerados saquen mayor provecho y beneficios. La misma lógica del gran capital se repite, esta vez a través de la gentrificación y turistificación del centro de la capital. El centro de Madrid hace rato que está inserto en una dinámica de reducción de los ambientes y espacios residenciales y para el uso común, emigrando al uso para fines turísticos y comerciales. La ola de especulación que se mantiene en crecimiento promete romper en la orilla de la desigualdad obligando a los residentes madrileños a mudarse hacia los barrios periféricos de la ciudad donde el coste de la vida se les hace más accesible. Y como parte de la estrategia está la reducción de servicios sociales en los barrios.
En crítica a este aumento de la desigualdad urbana que se traduce en pérdida del derecho a la ciudad, diversos movimientos sociales se reunieron en febrero de este año (2017) para debatir sobre la posibilidad de lograr una reivindicación a través de alguna acción concreta. Fue en dichas reuniones donde se decidió, bajo la consigna #MadridNoSeVende, ocupar el edificio en cuestión. La ocupación se consolidó el 6 de mayo del año en curso. Desde entonces existe la participación de al menos 30 colectivos fijos y se han realizado más de 135 actividades entre las que destacan: talleres de artes marciales, boxeo, reuniones y asambleas de colectivos, mesas redondas, ponencias, conferencias, proyecciones audiovisuales, poesía y presentaciones de libros.
Durante el recorrido inaugural hemos visitado los espacios físicos que hacen a este centro, quedando claro que aunque el lugar es bastante grande (3000mt2) no hay cabida para el egoísmo ni los intereses de un@s poc@s: un patio interior al cual se evita el acceso con el fin de no causar ningún tipo de molestias a l@s vecin@s, tomando en cuenta que para este centro es una prioridad conseguir un balance en la convivencia con est@s; una sala para niñ@s bautizada como “La Pequeña Ingobernable” y acondicionada en su totalidad para la recreación, el aprendizaje y la seguridad de l@s más pequeñ@s que sean partícipes de ésta; diversos salones para reuniones, asambleas y actividades diversas los cuales están a completa disposición de cualquier ciudadan@ o colectivo de desee autogestionar alguna actividad en dichos espacios; una sala de proyección de cine donde además de proyecciones audiovisuales se desarrolla un proyecto de CineClub; un laboratorio de informática libre, bautizado como HackLab, donde se gestionan los recursos informáticos del Centro Social y además se llevan a cabo talleres gratuitos de Software Libre como Ubuntu y GNU/Linux.

Un espacio para el desarrollo del sujeto político.
Ya, de entrada, los motivos que justifican la toma del edificio para el desarrollo de un Centro Social autogestionado representan con claridad un deseo social de cambio en el propio convivir de la ciudadanía. No obstante cabe destacar que las diversas actividades que allí se desarrollan derivan en, o son en sí mismas, un repensar profundo de la sociedad y del sistema actual en el que vivimos. Difícilmente cualquiera de las actividades que se llevan a cabo no logren, al menos en cierta medida, elevar los niveles de conciencia de l@s participantes. Como seres sociales, somos seres políticos. En la medida en la que nos relacionamos con nuestros semejantes construimos nuestro ser individual y colectivo, y fortalecemos los tejidos sociales. Además, la sinergia y las sensaciones que se generan en un entorno autogestionado facilitan, sin duda alguna, la libertad de expresión, de pensamiento y, por ende, de desarrollo del sujeto como parte de un colectivo capaz de transformar cualquier modo de vida o acontecer establecido en la sociedad. Podemos afirmar que en este lugar se está consolidando un núcleo para la generación, planificación y desarrollo de cambios concretos a nivel social y político para dar continuidad a la construcción de ese mundo mejor vivible que much@s deseamos y merecemos.

Organización.
Actualmente una Asamblea organiza y gestiona todo lo relacionado con el funcionamiento del centro. Desde un primer momento se decidió establecer comisiones de trabajo para dividir las responsabilidades y velar por que todo marche bien. Estas comisiones son las de: Bienvenida y Programación, quienes se encargan de toda la programación de las actividades y coordinación en el uso de espacios; Asuntos Legales, quienes se encargan de proteger a nivel legal al centro social y diseñar estrategias y propuestas para evitar el desalojo; Infraestructura, quienes se encargan de definir los espacios adecuados para cada uso; y Comunicación, quienes desarrollan material audiovisual propio del centro y se encargan de la difusión y comunicación de las diversas actividades que se desarrollan y están por desarrollarse. Cualquiera que lo desee puede incorporarse a dichas comisiones y participar en la Asamblea general.

Su futuro. Fuerza, articulación, cooperación y legitimidad.
No faltaron los comentarios sobre la posibilidad de un inminente desalojo. Y es que legalmente hablando existen documentos que avalan, justamente o no, la concesión del edificio por un periodo determinado a una fundación privada. No hay nada que apruebe oficialmente la ocupación. Es un acto de desobediencia civil en aras de reivindicar los derechos que progresivamente se le están quitando a l@s ciudadan@s madrileños. Ya se conocen anteriores experiencias donde se ha desalojado a movimientos que han puesto en marcha y consolidado centros sociales en otros lugares de la cuidad. Sin embargo, la continuidad de la iniciativa de esta organización social no depende de factores externos. El lugar, el espacio físico, es coyuntural, y lo único que garantiza la permanencia en el tiempo de este acto político, de la movilización y de la organización que hay detrás de esta heroica hazaña, más allá de un desalojo, son la fuerza, la articulación, la cooperación y la legitimidad que l@s ciudadan@s le demos.


Fachada hacia Calle Gobernador. Foto: DSB.

Intro al recorrido inaugural. Foto: DSB.

Espacios para el común. Foto: DSB.

Ventana Soleada de La Pequeña Ingobernable. Foto: DSB.

Fruto Asambleario. Foto: DSB.

Espacios para el común 2. Foto: DSB.

HackLab. Foto: DSB.

Un servidor ingobernable. Foto: DSB.

Aquí se segrega para el reciclaje. Foto: DSB.

Zona de estudio. Foto: DSB.

Sala de Cine. Foto: DSB.

La azotea. Foto: DSB.

El mar de copas verdes del Prado. Foto: DSB.

Mesa redonda inaugural. Foto: DSB.

lunes, 24 de abril de 2017

Celebrando la Inmortalidad



“Si la humanidad no es capaz pensar como especie; si sigue pensando apenas como país, y dentro del país como clase social, pensando solamente en lo nuestro, entonces la civilización está condenada”.

José Mujica.



Un regocijo colma mi espíritu: La Inmortalidad tiene nombre de mujer. Algo tendrá que ver mi postura heterodoxa ante esta sociedad, aunque cada vez menos, hetero-patriarcal al fin. Pero si: el hecho es que tiene nombre de mujer y su firma al final del texto.

Nos ilustra Carl Sagan en la saga Cosmos que hace alrededor de 5000 años, en un lugar entonces llamado Uruk, el cual conocemos hoy como Irak, seguía en desarrollo la antigua Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eúfrates. Fue allí, en ese espacio-tiempo, donde aprendimos a escribir. Much@s opinan que dicha hazaña representa una de las mayores victorias de la humanidad en la incesante batalla contra el tiempo. La muerte ya no pudo silenciarnos. La escritura nos dio el poder de contactar a través de los milenios y de hablar dentro de la cabeza de los vivos. Y nunca nadie había conseguido llegar tan lejos en el río del tiempo como la princesa acadia, hija del primer emperador de la historia y sacerdotisa de la Luna: Enheduana. Ella escribía poesía, e hizo algo que nadie había hecho antes: firmó el trabajo que había realizado. Es la primera persona de la que podemos saber con certeza quién era y con qué soñaba. Un extracto de su obra titulada “Dama de Gran Corazón”, dice así:

Inana, el planeta Venus

Diosa del Amor

Tendrá un gran destino

A lo largo de todo el universo.

Gracias a la antropología, o atando información y un poco de simple lógica, podemos imaginar cómo era factible la transmisión de información interpersonal, o intergeneracionalmente, tiempos anteriores a la inmortalización de la hermosa poetisa Enheduana. Sin duda una parte de la información era transmitida a través del genoma. Heredamos, al igual que el resto de los animales, ciertas conductas que asumimos de manera instintiva. Sin ir muy lejos, aquella persona que ha vivido la experiencia de adoptar un cachorro de perro o gato, puede observar que éste realiza ciertas actividades naturalmente, sin que nadie se las haya enseñado, o sin que ni siquiera las haya podido aprender mediante la observación o el ejemplo. Que un can al defecar intente (casi como por acto reflejo) enterrar el excremento para esconderlo, o que el gato busque tierra para hacer sus necesidades sobre ella, y se lama el cuerpo entero para asearse, son algunos ejemplos de lo que hablo. De esta manera entendemos que también hay una información “escrita” en nuestros genes, en nuestro ADN, que no sólo tienen que ver con la anatomía o los rasgos físicos y en parte definen nuestro carácter. Pero hay otra gran parte de la información que se transmitía de forma verbal, a través del conocimiento previamente adquirido, de la experiencia. Me viene a la mente aquellas tribus aborígenes en las que el mayor conocimiento lo poseía el “Shaman”, o las personas más ancianas de la aldea. Estas personas experimentadas, consideradas sabias por sus tribus, carecían de material textual o apuntes para verificar teorías o historias. A lo sumo contaban con jeroglíficos, dibujos o pinturas hechas por sus antepasados. Información sobre cómo obtener la mejor madera para una lanza, cómo tejer una red de pesca más fuerte y eficaz, cómo desinfectar una herida y con cuáles hierbas, por ejemplo, eran conocimientos que se perdían si no eran transmitidos directamente, y en vida, de una generación a otra.

Son las escritoras y los escritores de libros las y los artífices del efecto de no retorno definitivo del conocimiento. Progresivamente, desde la invención de la escritura, y posteriormente de los libros, las generaciones humanas han tenido, y cada vez más, bastante camino de conocimiento, descubrimientos e invenciones adelantado por sus antecesores, quienes ya se habían hecho inmortales al escribir esa información que luego fue tan valiosa y útil para las generaciones consecuentes. Esto sin incluir la escritura como expresión artística, más que como herramienta comunicacional de la historia y la ciencia.

Hoy en la era de la sobreinformación, donde abunda la información y la desinformación, hemos llevado la escritura a la infinitud. Como especie humana, ya no paramos de escribir. La gran mayoría de nosotr@s tiene el poder de hacerlo aunque la posibilidad de divulgación sea casi tan desigual como la distribución de la riqueza misma lo es en el mundo. Paralelamente nos encontramos con la guerra de verdades. Esto provoca controversias que en cierta medida justifican la discrepancia o incoherencia entre lo que sabemos y lo que hacemos. Sabemos que la industria alimentaria fabrica alimentos consumidos en masa que perjudican nuestra salud, pero esa “controversia” que crea la “verdad” que plantean los defensores de dicha industria, entre otros intereses, impide que como sociedad, como especie, actuemos en función a asumir una alimentación basada en alimentos agroecológicos, poco procesados, y otras alternativas no perjudiciales para nuestra salud. El mismo caso se repite con la industria farmacéutica y la medicina moderna, el calentamiento global acelerado y nuestra dependencia de los combustibles fósiles, entre otros.

La inmortalidad no es sinónimo de grandeza. Hay inmortales despreciables. Además no tod@s escriben con el propósito de ser inmortales. También debo mencionar que escudriñando la historia, pero sin mucho esfuerzo, encontramos enemigos de la inmortalidad, como lo fue la inquisición y lo han sido diversos regímenes y gobiernos propiciando la quema masiva de libros y la prohibición de su reproducción, tenencia y/o lectura. Más que enemigos de la inmortalidad han sido enemigos de la Libertad, que no son lo mismo, pero si apetece, se pueden comer en el mismo plato. De varios personajes influyentes en la humanidad, y en mi humanidad, he escuchado que la verdadera libertad yace en los libros, en la lectura. Analizando la frase hay mucha razón en ella. Sin duda el conocimiento nos hace libres. Pero mi experiencia me dice que pueblos enteros pueden estar oprimidos, y puede generarse un gran sentimiento de odio en estos gracias a los textos de un libro.

Poetas y poetisas, no dejéis de llenar nuestros corazones con torrentes de amor que son vuestra poesía; novelistas, no dejéis de iluminar nuestra imaginación con vuestros destellos de creatividad; historiadores, historiadoras, no dejéis de ilustrarnos de pasado para nunca renunciar a nuestra memoria y de ningún modo repetir nuestros errores; periodistas, renunciad siempre al juego de la desinformación y seguidnos manteniendo al tanto de la verdad que nos hace libres; libreras y libreros, seguid siendo los panaderos que dotan de alimento nuestro espíritu. Gracias por tanto.